PARENTALIDAD Y DESARROLLO

Para generar cambios en la infancia y brindar oportunidades que apunten a trayectorias del desarrollo positivas es fundamental trabajar en la parentalidad. El ser padres implica un aprendizaje constante, se va evolucionando en este rol debido a múltiples factores y esperamos que esta evolución idealmente sea positiva, para así brindar bienestar y la posibilidad de un desarrollo saludable a los hij@s. Respecto a la crianza Marrone refiere que no sería producto de un instinto y tampoco simple producto del aprendizaje, plantea que la conducta de crianza dependería en gran medida de nuestras experiencias (Marrone, 2014). Desde esta perspectiva parece relevante destacar que las oportunidades de aprendizaje serían esenciales, así lo plantean Gomez y Maureira cuando refieren que las oportunidades que ofrece el contexto ecológico en que la parentalidad se desarrolla, permiten que se despliegue en forma positiva y permitirían también la resiliencia  parental (Gómez & Maurerira, 2017), esto abre  una ventana al cambio y a tomar conciencia que no estamos determinados por nuestra historia.

 

La parentalidad es un sistema vivo que se desarrolla y evoluciona al igual que las competencias parentales, podemos hablar entonces de la existencia de una Trayectoria de desarrollo de la parentalidad, por lo tanto si la ecología brinda las oportunidades necesarias, se podría avanzar a la Zona de desarrollo próximo de la parentalidad (Gómez, 2021), esto brinda una visión más amable, y esperanzadora, respecto a lo que podemos llegar a entregar en la crianza. Las competencias parentales se pueden entender desde una perspectiva multidimensional, bidireccional, dinámica y contextual (Rodrigo, Martín, Cabrera y Máiquez, 2009) existiendo múltiples condiciones facilitan el desarrollo y despliegue de estas (White, 2005).

 

Cada padre/madre tiene una forma de interaccionar y una predisposición para poder ejercer su rol parental, siguiendo patrones o modelos vividos y aprendidos durante la infancia y/o adolescencia, Bowlby (1969) los denomina modelos operantes internos. Esto configura el estilo de funcionamiento del adulto (Bowlby, 1995; Bretherton, 1999; Fonagy, Gergely, Jurist & Target, 2002). Al reorganizar la información y ofrecer oportunidades de aprendizaje en el vínculo terapéutico, se abre espacio a la resiliencia parental, pudiendo reparar. Se pueden abrir espacios de aprendizaje que impacten de manera positiva la trayectoria de desarrollo parental, aprendiendo y desplegando competencias parentales las cuales se sostienen sobre la Constelación Representacional de la Parentalidad. Podemos entonces como padres potenciar nuestras actuales competencias lo que tendrá un impacto de gran importancia en las prácticas de crianza, en el desarrollo de nuestros pequeños y también en el vínculo que vamos construyendo con ellos día a día.

 

Te invitamos a conocer cómo puedes potencias tus habilidades parentales.

Contáctanos, una gran abrazo.

Ps. Bárbara Vildósola Calvo y Ps. Pilar Menard Infante