¿Consecuencia o Castigo?, una mirada desde la Crianza Respetuosa

¿CASTIGO O CONSECUENCIA?…, UNA MIRADA DESDE LA CRIANZA RESPETUOSA
Hoy queremos invitarte a tener a mano una brújula que te ayude a abordar aquellas situaciones críticas en la crianza, aquellos
momentos en que por ejemplo nuestr@s pequeñ@s tienen conductas que no son adecuadas. Nuestro objetivo ante estas situaciones es educar y brindar herramientas que les sirvan para la vida y que poco a poco vayan teniendo capacidad de reflexionar y mayor autonomía para resolver diversas situaciones…
¿Cómo hacer que las situaciones críticas en la crianza sean una oportunidad de crecimiento y aprendizaje?
El CASTIGO es un elemento que vemos está presente en la crianza, frente a conductas que consideramos “no adecuadas”. Hoy tenemos información que nos permite comprender que los castigos tienen repercusiones que no son positivas, teniendo un impacto en sobre el cerebro y también en la salud mental de los niños.
Los CASTIGOS se relacionan más bien con un estilo parental AUTORITARIO, en que buscamos “enseñar” y ser respetados a través de IMPOSICIONES, ejerciendo PODER, a través de amenazas y castigos, esto con el fin de “corregir” la conducta “no deseada”…
En este informativo queremos invitarte a visualizar otras alternativas desde el paradigma de la CRIANZA RESPETUOSA, este concepto en ocasiones es cuestionado, por esto antes de continuar quisiéramos comentarte que crianza respetuosa no es sinónimo de “dejar hacer”, desde esta línea se plantea que contar con un adulto que guíe a los pequeños y que brinde un ambiente de contención con normas y límites claros que apunten a un aprendizaje por parte del niñ@ es fundamental.

Una crianza respetuosa se basa entre otras cosas en la comunicación, en el establecimiento de vínculos desde el respeto, con padres que busquen conectar y conocer a sus hij@s y aceptarl@s en su individualidad, intentando comprender y ver qué necesidad hay detrás de sus conductas.
Muchos papás nos dicen “Los castigos no serán buenos según la crianza respetuosa, pero sí que es efectivo…”, puede ser verdad que con un grito o amenaza logre mi objetivo a corto plazo y que “elimine” al menos temporalmente la conducta que
no es adecuada, pero… ¿queremos que nuestros hijos aprendan estos modelos?, ¿queremos que modifiquen sus conductas en muchas ocasiones por temor a las consecuencias más que por el trasfondo de que queremos enseñar?…
Desde la CRIANZA RESPETUOSA se plantea cambiar los CASTIGOS por las CONSECUENCIAS, apuntando a aprender en un ambiente respetuoso.
La idea es que los niños vayan comprendiendo el sentido de las normas e incorporando herramientas que les permitan en un futuro convivir de manera adecuada, cuidarse a sí mismos, establecer relaciones sanas y respetuosas…, desde este estilo
de crianza quizá no vamos a conseguir resultados de manera inmediata, pero sí a mediano – largo plazo.
Nos gustaría volver al tema del castigo y profundizar un poco más para que comprendamos algunos de los puntos que nos hacen argumentar que no es una manera positiva de educar… ¿Por qué no recomendamos el castigo?:
-El niño cambia su conducta más bien por miedo a las consecuencias que por una comprensión de que ciertas conductas son más o menos adecuadas para él o su entorno.
-El miedo paraliza, afecta la autoestima del niño y no es un buen elemento para la construcción de un vínculo que brinde seguridad y que apunte a la salud mental.

-Se aprende de modelos autoritarios que no dan mucho espacio al diálogo sino más bien a obedecer a quien tiene el “poder”, desde esta perspectiva no se da espacio para cuestionar, reflexionar, sino a hacer lo que me indican -Cuando un niño es castigado puede ir acumulando resentimiento e ir mostrándose rebelde frente a las figuras parentales.
El castigo no se relaciona con la conducta que el niño realizo, por ejemplo: un herman@ de 8 años está molestando a su herman@ pequeñ@ de 5…, le indicamos que no lo haga y sigue haciéndolo…, le decimos una vez más y te quedas sin ver tele una semana!!!, este castigo no tiene ninguna relación con la conducta que pretendemos corregir (que no moleste a su hermana pequeña), por lo tanto el castigo no tiene lógica ni coherencia respecto a lo que queremos enseñar a nuestr@ hij@.
¿Cuál es la alternativa al castigo que te estamos proponiendo?
Las CONSECUENCIAS y podríamos plantear dos tipos de consecuencias,
CONSECUENCIA NATURAL: son las consecuencias que se dan naturalmente sin intervención de nosotros, por ej. si nuestr@ hij@ se come un paquete entero de galletas habiéndole dicho que se comiera solamente 2 podría tener una consecuencia natural por ej. dolor de estómago, esta consecuencia acompañado de una explicación por nuestra parte respecto a lo sucedido ayudará a que aprenda que comer en exceso puede provocar malestar y que no es bueno para su salud.
CONSECUENCIA LÓGICA: aquí si intervenimos, ej.: nuestr@ hij@ de 7 años rompe a propósito la muñeca de la hermana, aquí podemos aplicar una consecuencia lógica que consista en reparar la muñeca o regalarle un juguete de los suyos que sepa que le guste mucho a su herman@, además de pedirle disculpas. Acá hay una consecuencia sana y respetuosa con nuestros hij@s y frente a una situación problema podemos conversar al respecto y hacer de esta experiencia una oportunidad de aprendizaje y educación.
¿CÓMO DEBEN SER LAS CONSECUENCIAS PARA QUE SEAN EFECTIVAS?
Razonable: aplicada en su justa medida. Respetuosa: el objetivo es que frente a estas situaciones aprenda, no es la intención inculcarle miedo para que no lo haga, es bueno Anticipar: indicar con antelación las consecuencias que se podrían dar, las anticipación es un buen recurso, esto ayuda a que el niño pueda anticipar las consecuencias y también pueda ir aprendiendo a
planificarse, Atingente: que la consecuencia se relacione con la conducta que se realizó.
Desde la neurociencia sabemos que los castigos (amenazas entre otros) activan la parte inferior del cerebro versus las  consecuencias, que aplicadas de manera respetuosa activan el cerebro entero, lo que apunta a que se genere un aprendizaje. En el castigo el niñ@ aprende a obedecer por miedo o para evitar una situación de alto estrés. Los niños que son castigados pueden sentir rabia, miedo, tristeza, lo que no ayuda dentro de otras cosas a que aprendan a tomar decisiones, respetar y
respetarse. Con las consecuencias la idea es que el niñ@ vaya aprendiendo e incorporando herramientas que sirvan para su vida, para tomar decisiones, para reflexionar en un futuro frente a situaciones críticas…
¿TE GUSTARÍA EMPEZAR A TRANSITAR TU PARENTALIDAD DESDE LA CRIANZA RESPETUOSA?
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Ps. Pilar Menard Infante y Ps. Bárbara Vildósola Calvo